En Bolivia, cada vez más personas buscan alternativas para proteger su poder adquisitivo, enviar remesas y gastar en el exterior sin los costos y fricciones del sistema tradicional. Los "dólares digitales", en especial stablecoins como USDC, aparecen como una solución práctica: conservan la paridad con el dólar, se mueven rápido por internet y se pueden usar en aplicaciones que conectan con tarjetas y servicios globales. Esto cobra especial importancia en ciudades como La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, y en zonas fronterizas donde el comercio con Argentina, Perú y Brasil es frecuente.
La volatilidad económica y la historia de inflación en la región hacen que muchos prefieran activos vinculados al dólar. En barrios de La Paz como Sopocachi y Miraflores, profesionales y emprendedores usan dólares digitales para mantener ahorros en una moneda estable sin depender únicamente de cuentas bancarias tradicionales. En Santa Cruz, agricultores y comerciantes del Urubó valoran la rapidez para recibir pagos internacionales, mientras que los viajeros que visitan el Salar de Uyuni o las ruinas de Samaipata aprecian la facilidad de pago en plataformas internacionales.
Además, las remesas son una razón importante. Familias con miembros en el exterior reciben dinero con mayor rapidez y menores comisiones al usar stablecoins, comparado con transferencias bancarias convencionales. Para quienes trabajan en el sector informal o en ferias locales, la posibilidad de convertir dólares digitales a moneda local o gastarlos directamente con una tarjeta vinculada resulta muy atractiva.
En Bolivia los dólares digitales se usan en varios escenarios concretos: ahorro de emergencia, pagos internacionales, envío de remesas y compras online. Por ejemplo, una pequeña empresa en la zona industrial de Cochabamba que compra insumos del exterior puede recibir pagos en USDC y pagar proveedores sin retrasos bancarios. Turistas que llegan a La Paz y hacen tours por la Calle Jaén o suben al teleférico encuentran más sencillo pagar con soluciones que convierten stablecoins a moneda local en el punto de venta.
Otro uso relevante es el acceso a servicios financieros que tradicionalmente no están disponibles para todos. Las plataformas que permiten generar rendimiento sobre USDC, ETH o BTC ofrecen a los bolivianos una forma de hacer crecer sus ahorros de manera eficiente. Para jóvenes profesionales y freelancers que trabajan con clientes internacionales, esto significa recibir pagos y disponer de fondos globales sin pasar por procesos bancarios largos.
Ready facilita el uso práctico de dólares digitales en Bolivia al conectar el mundo onchain con la experiencia cotidiana. Con Ready puedes mantener USDC en seguridad propia, ganar rendimiento con vaults y staking, y gastar fácilmente usando la tarjeta Mastercard de Ready. La tarjeta no cobra comisiones por cambio de divisa, el comerciante recibe en moneda local y los usuarios obtienen cashback mensual, una ventaja clara para quienes compran en mercados como La Cancha en La Paz o en centros comerciales de Santa Cruz.
Para quienes valoran la seguridad, Ready ofrece control total sobre las llaves privadas y robustas protecciones contra fraude. Además, la opción de pedir préstamos en USDC respaldados por bitcoin es útil para emprendedores que necesitan liquidez sin vender sus activos. En una economía donde la confianza en las instituciones puede variar según la región, la posibilidad de gestionar tus fondos en una app respaldada por tecnología Starknet aporta transparencia y rapidez.
Ready también se ajusta a la realidad local: permite recibir remesas de familiares en el exterior y convertir esos fondos para gastos diarios o inversión, todo con tarifas competitivas y soporte en varios mercados. Para los bolivianos que viajan por trabajo o turismo, la experiencia de pagar en el extranjero sin cargos ocultos y con recompensas hace que los dólares digitales sean una alternativa convincente.
En definitiva, la adopción de dólares digitales en Bolivia responde a necesidades concretas: preservar valor, agilizar pagos internacionales, facilitar remesas y acceder a productos financieros modernos. Soluciones como Ready conectan estos beneficios con la vida diaria en barrios y mercados del país, ofreciendo una forma segura y práctica de usar el dólar digital sin renunciar al control de los propios activos.